Es imposible vivir en Villa Ballester y no conocer a
Otis. Podés encontrarlo por cualquier lado, pero su lugar está en las calles
Lacroze y Simon, más específicamente en el Cuartel de Bomberos de Villa Ballester.
Ahí tiene el grado de Primer Oficial canino desde el 2014, cuando el pueblo se
movilizó vía Facebook para que le concedieran ese merecido ascenso. Tal fue su
fama que su historia apareció en un programa de televisión "Amor
animal" y en los próximos meses también va a estar en uno de los capítulos
del libro "Ángeles con patas", de María Victoria Gaiardelli.
Según las palabras de Mario Oyarzo, Jefe del Cuartel,
"es un perrito chiquito, con mucho corazón, que está dispuesto siempre a
ayudar, con humildad y respeto".
Su historia comienza, en
realidad, con una tragedia: un cadete del Cuartel, Alejandro David Paoli,
falleció en un accidente automovilístico. A la semana apareció en la puerta de
su casa un cachorrito abandonado. La familia lo recibió, pero no podía tenerlo
y lo llevó a Cuartel, donde se convirtió en la mascota del lugar; de alguna manera todos sintieron que ese cachorro ocupaba un espacio particular, como una forma de tener a Alejandro con ellos otra vez. Rápidamente
comprendió sus funciones y comenzó a participar de las actividades de los
bomberos; ha viajado a diferentes lugares en representación de la entidad, ha
hecho cursos de capacitación con un desempeño eficiente... por todo eso, ahora
es un oficial de categoría.
En el libro, María Victoria Gaiardelli nos cuenta
sucesos especiales de la vida de Otis con los bomberos de Villa Ballester y nos
hace conocer en detalle a este bombero tan especial.
"Elegirle
nombre al pequeño Otis fue una tarea sencilla, rápidamente acordaron que se
llamaría así por el chofer de la primera dotación de la película Llamarada,
conocida como Backdraft en los Estados Unidos. Lo que no fue tan simple y
preocupó a todos fue cómo lograrían organizarse para cuidar de un perro tan
cachorrito, teniendo en cuenta los riesgos que implican la calle, el continuo
entrar y salir de vehículos a altas velocidades y los peligros propios de un
lugar distinto a una casa. Sin embargo, desde
muy temprana edad, el pequeño mostró un fuerte temperamento y autosuficiencia,
haciendo cosas de perro adulto, como caminar a la par sin correa, salir a hacer
sus necesidades y salir solo sin perderse, virtud que todavía hoy conserva.
Tiene por costumbre ir de visita a los destacamentos 1 y 2, que quedan a 4 y 3
kilómetros respectivamente de distancia del cuartel central. Al principio les
resultaba a todos tan llamativo que recorriera distancias tan largas que
sospecharon que alguien, a modo de broma, lo llevaba y lo dejaba en la puerta.
Sin embargo con el tiempo pudieron constatar que era él mismo quien hacía el
recorrido y luego regresaba."
(...)
"Otis es uno más del cuartel, pero no simplemente
como la mascota del lugar. Él ha tomado incluso cursos teóricos y prácticos,
con asistencia perfecta. La última vez, cuando la Houston Fire Foundation de
Estados Unidos dictó en el país los cursos de Bomberos 1 y 2, asistió todos los
días, ubicándose en las aulas en primera fila y mirando atentamente las fotos y
videos de los teóricos. A la hora del examen práctico, que consistía en subir
tres pisos, armar una línea de ataque compuesta por dos mangas, bajar y tirar
agua, luego utilizar una maza para correr un peso y posteriormente arrastrar
diez metros un muñeco de ochenta kilos, Otis acompañó a cada uno de los 40
participantes, con lo que cual subió cuarenta veces los tres pisos, demostrando
un estado físico digno de un atleta. Por supuesto obtuvo diploma de honor y una
merecida siesta que duró casi una semana."
La próxima vez que pases por el Cuartel de Bomberos de
Villa Ballester fijate si encontrás a Otis dando vueltas por las cercanías o
parado en la puerta vigilando la entrada. Es el perro fiel que acompaña a los
bomberos del barrio, quienes son nuestros fieles ángeles de la guarda, siempre
están para ayudarnos en el peligro y para proteger nuestras vidas.
hermoso perro, lo vi muchas veces cuando paso corriendo por la vereda.
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