HISTORIAS RARAS

¿Alguna vez te sucedió algo extraño? 

Melanie Köhle nos cuenta su historia fantasmal
Calles: Independencia e Ituzaingó

Aproximadamente hace siete años había salido a caminar con mi amiga Yamila por la zona de Chilavert en una tarde – noche de primavera. En ese entonces no era una persona que creyera en fantasmas ni en nada paranormal, pero la vida me demostró varias veces que hay más cosas entre el cielo y la tierra de lo que uno cree o le enseñaron.
Estábamos pasando por Independencia entre Ituzaingó y Profesor Simon cuando le digo, a modo de broma, a mi amiga Yamila que en el caserón, actualmente abandonado y tapado por enredaderas: “Ahí deben haber ocultado muertos”. Después de unas risas y un “reto amistoso” de mi amiga seguimos nuestro recorrido por el barrio.
Ya había oscurecido cuando retornábamos hacia la casa de ella; recuerdo la luna entre los árboles, pero aún había un leve resplandor anaranjado. Pasamos por la reja de ese caserón nuevamente, pero ninguna hizo mención alguna sobre “los muertos”, ya que nos estábamos riendo de algo que ya no recuerdo.
Llegando a la esquina de Independencia e Ituzaingó sentí que alguien me agarraba del brazo derecho desde atrás con algo de fuerza pero sin hacer daño. Me di vuelta para ver quién era o necesitaba… No había nadie.
Me quedé un poco sorprendida pensando en que no había sido mi imaginación y milésimas de segundos después, por el rabillo del ojo izquierdo, noté un destello de una leve luz que asumí que era el foco de un auto lejano o algo así. 
Entonces dejé de mirar hacia atrás y me vuelvo hacia Yamila, quien estaba dura y blanca mirándome fijo. La observé extrañada y me soltó: “Vi un brazo”, señalando el lado de la calle hacia nosotras, como impidiendo el paso. Recordé el destello de luz y le pregunté: “¿Era medio luminoso pero de color beige, más o menos a la altura de nuestros brazos?” Casi no me dejó terminar la pregunta: “Sí”. Todavía paradas en ese lugar le conté que “algo” me había tomado del brazo derecho.
No nos quedó una mala sensación, pero aún hoy día me pregunto qué hay en esa casa y si era un pedido de ayuda de un alma sin descanso.

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