Hoy, 17 de marzo, pero hace sesenta años atrás, se fundaba el Instituto Emilio Lamarca. En sus inicios estaba ubicado en otra parcela en la calle La Paz; su instalación definitiva se encuentra en la calle Congreso 3965 (a la vuelta del supermercado Carrefour de Malaver).
Primer edificio en la calle La Paz |
Los hermanos Bergoglio participaron en la fundación del colegio, por lo que no casualmente toma su nombre de un abogado argentino (nació en Chile, pero optó por la ciudadanía argentina) que fue opositor de Roca y fuerte defensor de la educación católica. Si bien se trata de una institución laica, se centra en la formación de los valores cristianos.
Su director general, Sr. Fazzini, promueve la integración de diferentes sectores sociales para lograr una educación al alcance de todos y, de esa forma, se compromete con una formación igualitaria.
El lunes próximo, a las 10 hs., efectuarán el acto conmemorativo de su fundación. Los festejos se irán sucediendo durante el año para culminar con un gran festejo.
LUNES DE FESTEJO
Ex-alumnos portando la bandera histórica (primera bandera nacional que tuvo el Instituto), que tiene bordado el nombre del colegio.
El director Santiago Fazzini dirige unas palabras al público presente, entre ellos el intendente de la municipalidad de General San Martín, Gabriel Katopodis.
Discurso de una ex-alumna y actual docente de inglés del nivel secundario, María del Carmen Póvolo
LUNES DE FESTEJO
Ex-alumnos portando la bandera histórica (primera bandera nacional que tuvo el Instituto), que tiene bordado el nombre del colegio.
El director Santiago Fazzini dirige unas palabras al público presente, entre ellos el intendente de la municipalidad de General San Martín, Gabriel Katopodis.
Discurso de una ex-alumna y actual docente de inglés del nivel secundario, María del Carmen Póvolo
Como ya todos sabemos, estamos aquí para
celebrar los 60 años de nuestro querido Instituto. Y no puedo dejar de comentar
lo que fue y es en la actualidad mi paso
por la Institución.
Todavía recuerdo el primer día de clases allá en el tiempo (no voy a mencionar los años que transcurrieron) cuando la ansiedad y el temor a la nueva etapa, mi primer año de secundaria, dominaban mis pensamientos. Será por eso que lo recuerdo tan vívidamente, abrió una puerta hacia mi vida futura y todavía hoy esos aprendizajes me siguen acompañando día a día.
En aquellos tiempos la pertenencia al grupo y a la Institución era muy importante, no sólo era en lo académico, al punto que esperábamos ansiosos la oportunidad para que nos permitieran jugar algún partido de vóley después del horario de clases, sino también involucrábamos a las autoridades para abrir el colegio el sábado para algún torneo interno.
El encuentro era propicio para organizar partidos de truco y mate también.
Siempre nos impregnamos de las experiencias y las vivencias de nuestra adolescencia y la proyectamos en nuestra vida futura. Estas se mantuvieron a través de los años, generación tras generación; con sus diferentes estilos fueron y hoy en día siguen siendo acompañados por autoridades, profesores, preceptores y docentes de esta Institución, inculcando los mismos valores y brindando las herramientas para forjar jóvenes, que nos representen dignamente ante la sociedad. No hablamos de éxito en lo económico, que si se logra bienvenido sea, sino de buenas personas.
En lo personal, es muy difícil resumir en pocas palabras tantas experiencias, aprendizajes y vivencias, pero el agradecimiento a la Institución es lo que prevalece; por supuesto no hablo del edificio, sino de todos y de cada uno de los que formaron parte (¿sabían que nuestro representante legal el profesor Santiago Fazzini era en esa época nuestro profesor y la Sra. Adela también?) durante las diferentes etapas, como profesores, preceptores, compañeros en la docencia y los que se fueron incorporando a través de los años, acompañando, guiando y ayudando a sortear dificultades. Solo puedo repetir Muchas Gracias.
Todavía recuerdo el primer día de clases allá en el tiempo (no voy a mencionar los años que transcurrieron) cuando la ansiedad y el temor a la nueva etapa, mi primer año de secundaria, dominaban mis pensamientos. Será por eso que lo recuerdo tan vívidamente, abrió una puerta hacia mi vida futura y todavía hoy esos aprendizajes me siguen acompañando día a día.
En aquellos tiempos la pertenencia al grupo y a la Institución era muy importante, no sólo era en lo académico, al punto que esperábamos ansiosos la oportunidad para que nos permitieran jugar algún partido de vóley después del horario de clases, sino también involucrábamos a las autoridades para abrir el colegio el sábado para algún torneo interno.
El encuentro era propicio para organizar partidos de truco y mate también.
Siempre nos impregnamos de las experiencias y las vivencias de nuestra adolescencia y la proyectamos en nuestra vida futura. Estas se mantuvieron a través de los años, generación tras generación; con sus diferentes estilos fueron y hoy en día siguen siendo acompañados por autoridades, profesores, preceptores y docentes de esta Institución, inculcando los mismos valores y brindando las herramientas para forjar jóvenes, que nos representen dignamente ante la sociedad. No hablamos de éxito en lo económico, que si se logra bienvenido sea, sino de buenas personas.
En lo personal, es muy difícil resumir en pocas palabras tantas experiencias, aprendizajes y vivencias, pero el agradecimiento a la Institución es lo que prevalece; por supuesto no hablo del edificio, sino de todos y de cada uno de los que formaron parte (¿sabían que nuestro representante legal el profesor Santiago Fazzini era en esa época nuestro profesor y la Sra. Adela también?) durante las diferentes etapas, como profesores, preceptores, compañeros en la docencia y los que se fueron incorporando a través de los años, acompañando, guiando y ayudando a sortear dificultades. Solo puedo repetir Muchas Gracias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario